¿Por qué debes cambiar de rutina de cuidados cada cierto tiempo?

Muy comúnmente escuchamos de consejos y recetas para tener la piel perfecta, pero lo que pocas veces nos dicen es que la efectividad de nuestros esfuerzos dependerá de que tengamos correctamente identificado el tipo de cutis que tenemos y los cuidados que

¡Pero cuidado! Es importante que tomes en cuenta que como nuestra piel es un órgano vivo que está en constante renovación, es natural que cambie con el paso de los años, por lo que tendrás que examinar su transformación para adecuar tu rutina y no sabotear tus buenas intenciones. Te presentamos las variantes:

• Grasa: la más común entre los jóvenes. Se caracteriza por el exceso de brillo sobre todo en tu frente, nariz y mentón y por la tendencia a desarrollar acné. Uno de los principales indicios para identificarla es que el maquillaje no se conserva por mucho tiempo, pero no te preocupes, tiene una gran ventaja: las líneas de expresión y arrugas tardaran más en aparecer en ti.

• Sensible: la más delicada y la que requiere de más cuidados. Es delgada, por lo cual por la cual tiene tendencia a presentar venas o capilares rotos y suele manifestar reacciones alérgicas a cosméticos y perfumes. Si tu rostro zonas rojas o rosadas en especial en las mejillas o es muy sensible al cambio climático, eres parte de este club.

• Seca: la más frecuente en la etapa madura. Puede presentar resequedad, escamas o grietas, principalmente en las mejillas, pero su mayor beneficio es que no te pelearás con el brillo durante el día.

• Mixta: la que representa el mayor reto. Combina características de la piel seca y grasa, con exceso de sebo en algunas zonas, y falta de hidratación o resequedad en las mejillas.